ENTREVISTA CON DIANA CALABAZA CÓSMICA

20292664_1485669914833214_4225488616768131695_n


ÓXIDO LENTO: No te gusta considerarte una artista en el sentido que suele darse normalmente a esa palabra, pero es obvio que la creatividad es una parte esencial en tu vida. Haznos, por favor, un breve resumen de tu itinerario vital/creativo.


DIANA: Desde luego que la palabra artista tal como se entiende en el siglo XXI me da muchísima
pereza. Me siento más cómoda diciendo que hago cosas. Ese aspecto creativo es la manera en
que me planteo la vida, es como una superposición de mi mundo sobre el que ya existe, como
unas gafas 3D con una lente de papel cutre de cada color. Mi itinerario vital/creativo: pues mis
primeros recuerdos son de estar pintando las paredes de la casa con ceras blandas y pegando
pegatinas. A partir de ahí no he parado. Estudié en una escuela de arte el módulo equivocado,
trabajé muchos años en una imprenta, renegué de la vida y de la ciudad, me fui al campo, me
fue fatal, volví a la ciudad, estudié Historia del Arte, vino una pandemia, me fui al campo otra
vez, me fue peor aún, y ahora estoy estudiando un Máster a ver si ya lo arreglo. Mientras
tanto siempre tocando y pintando. Llamo pintar a toda la actividad creativa porque la palabra
es corta y no me meto en jardines multidisciplinares que apestan a kilómetros.


Has ido cambiando de alias o sobrenombres a lo largo del tiempo, según sea a lo que te
dediques: música, escritura, pintura, dibujos, objetos, etc… . ¿Existe algún tipo de nexo
para todas esas facetas creativas, o prefieres vivir cada una por separado?


Vivo todo ello junto, sin separar nada. No lo pienso mucho, pero es verdad que he tenido
bastantes nombres. Big Lie me duró un buen rato y al final quiso devorarme porque era un
cuadrado negro y ya sabes lo que pasa con los cuadrados negros, que miras dentro y te
enganchas. Lo de Calabaza Cósmica vino después de un sueño en el que me llamaba María del
Diablo. Ese día grabé la primera cinta de Calabaza Cósmica, que aún no se llamaba así, y pensé
que María del Diablo iba a ser demasiado tóxico para mi salud mental así que duró unas 10
horas, aunque hay una cinta incunable con ese nombre, y decidí que Calabaza Cósmica me
encantaba. Resulta, y me enteré al cabo de unos cuantos años, que Calabaza Cósmica es un
cuadro malísimo de Dalí. Un día en el programa Un, Dos, Tres, una pareja rechazó un regalo
sorpresa y acabó llevándose una Ruperta. La sorpresa era la Calabaza Cósmica, estarían
forrados de haber elegido el cuadro, pero no. Lo que son los caminos, ¿eh?
Que yo sepa no he solapado nombres aunque también me han llamado según el grupo en el
que estuviera tocando. Creo que seré Calabaza Cósmica un ratito más.

Centrémonos por un momento en la música. Has tocado en grupos y en proyectos en
solitario desde hace varios años. Cuéntanos un poco sobre ello.


Desde 1997 tocando en grupos. A partir de los dos miles ya empecé a hacer cosas que
merecían un poco la pena, siempre bajo mi punto de vista, claro, que una no quiere ir
agradando a nadie gratuitamente. Reznik era algo muy freak de lo que estoy muy orgullosa. Al principio éramos cuatro personas, pero Laura y Cristina se fueron (…) y nos quedamos Lolo y
yo como dúo mucho tiempo. Mientras tanto empezó Desguace Beni, que estuvimos 12 o 13
años tocando y han sido los mejores años del mundo. Entre medias surgió Hermanos Peláez,
misma formación de Desguace Beni. López Peláez, con añadidos. Emboscada, que sigue en
vigor y estamos muy vivos, justo este fin de semana hemos grabado un disco. Y Calabaza
Cósmica, que desde 2013 voy llevando de manera intermitente pero siempre estará ahí.


Para lo visual, trabajas con muy diferentes formatos y materiales muy diversos. ¿Según
sea el caso, cómo te condiciona esto en tu trabajo?


Me condiciona sobre todo el tiempo y el espacio. Nunca he tenido un estudio como tal en
condiciones y siempre pinto como puedo. Por eso nunca me he entregado a los formatos
grandes, de hecho funciono al contrario, pintando en muy pequeño, casi miniatura. Por cierto,
a estas alturas se habrá entendido que lo digital no va conmigo. Entonces, como decía, mis
espacios para pintar tienen otra función y no puedo permitirme el lujo de formatos grandes.
Tampoco me mata. El tiempo también es otro condicionante porque, salvo el año pasado que
fue involuntariamente sabático, siempre estoy dedicándome a otras cosas que están
socialmente aceptadas. Así que últimamente pinto de estrangis. Mantengo una exposición
activa en Madrid que he estado preparando durante unos meses y ahora me he arrojado al
cuaderno mientras llega el tiempo en que tenga tiempo. No me obsesiono, como decía antes,
lo voy a hacer siempre. Los materiales: pues procuro que sean reciclados. Pinto sobre naipes,
hago collages y poemas automáticos a partir de los libros -usados- que vacío para convertir en
joyeros. Las máscaras, aunque ya no hago porque es un follón, están hechas con papel de
periódicos y estructuras inútiles. Discos de vinilo, también, un soporte maravilloso. A veces me
encuentro tablas y claro, a pintarlas. Cuando encuentro marcos eso ya sí que es un premio
gordo porque en realidad me planteo las exposiciones cuando ya tengo muchos marcos, y los
restauro y hago tablas a medida para cada uno. Apenas uso lienzo, porque la tabla me remite
a la pintura primitiva y todo lo que implicaba antes de la aparición del lienzo. Bueno, también
implicaba talar bosques enteros. En este último año he pintado sobre ukeleles por aquello de
decorar objetos previamente funcionales, y la verdad es que me encanta.


Aunque cambiantes, en tus imágenes hay ciertos elementos, personajes y escenarios
recurrentes que sugieren un universo imaginario muy personal
.


Sí, es mi casa. Pero las casas están hechas de materiales que vienen de muchos lugares.

¿Hasta qué punto utilizas el método automático o prefieres tirar de ideas pensadas de
antemano?


Creo que he hecho tres bocetos en mi vida y han resultado en las peores pinturas. Recurro al
automatismo en el 95% de los casos. El 5% restante a lo mejor lo pienso un poquito pero
siempre a las bravas, ni siquiera dibujo a lápiz antes para luego borrar.

44837879_2011077828959084_3186656053328609280_n

El elemento onírico y mágico es muy evidente en tu obra, y aun así hay siempre una
conexión con lo natural, de hecho, tu última exposición se ha llamado Mitología rural.


Sí, pero Mitología rural es una conexión con el mundo natural no de la forma que se entiende
en el rural, que es muy distinto. Los pueblos son preciosos de lejos. Doy mucha importancia a
los sueños y a su lenguaje. Va por épocas y le pasará a todo el mundo, pero cuando engancho
una etapa de soñar clarito todas las noches es una maravilla. Aunque sean pesadillas, siempre
sirven para algo. Lo que surge por la noche son herramientas para el día y para la vida.


Como le ha ocurrido a otra mucha gente, el Tarot ha sido una importante fuente de
inspiración para tus imágenes. ¿Por qué crees que esta baraja resulta tan irresistiblemente
influyente?


El Tarot es un como un libro interminable. No soy especialmente experta en él, simplemente
cojo lo que me interesa. Tengo bastantes barajas diferentes y me encanta contemplar la visión
de cada autor/a en ellas para conocer todos los significados que pueden surgir. Estoy en el
proceso de interiorizar el Tarot como ente para poder hacer mi propia baraja, cuando todo sea
propicio.


Desde hace tiempo usas diferentes plataformas online para vender dibujos, pinturas y
diversos objetos (¡como esos maravillosos ukeleles pintados!). Sin lugar a dudas, internet
ha cambiado la forma en que se puede dar conocer a conocer la obra y ponerla a
disposición del público. ¿Para bien o para mal?


Empecé a vender hace veinte años en la calle, en el parque del Retiro. Algunas veces venía la
policía y me tenía que ir a casa. Vendía bastante, sobre todo a guiris. Luego, cuando internet
se generalizó la cosa cambió un poco y empecé a tener más “visibilidad”, ya me entiendes,
entre foros, blogs y Myspace parecía que se movía un poco más. Después, en mi primera huida
al campo me abrí una tienda Etsy -y una cuenta en el banco, que no tenía- que me ha durado
siete años. Aprendí bastante de esta experiencia porque para mí, pintar y crear es una
necesidad, así que lo voy a hacer siempre bajo cualquier circunstancia, pero a la hora de
sobrevivir de ello comencé a tener en cuenta el gusto de la gente, y no me refiero al estilo,
que es como nacer con una cara, sino a los soportes, al tipo de material sobre el que podía
perpetrar mis fechorías. Además, empecé a tener más conciencia de la reutilización y empecé
a teorizar sobre mis límites: que crear sea siempre un acto de devolver la utilidad a lo que ya
existe. Y procuro aplicarlo, aunque no siempre es posible. Maldita coherencia. Un día, cuando
me compré un teléfono moderno, decidí hacerme un Instagram y adaptarme a los tiempos
contemporáneos. Tengo que decir que estoy entre bastante contenta y muy contenta con esa
decisión y no he vivido situaciones traumáticas. Me preguntas que si internet ha cambiado la
forma de conocer y de proporcionar acceso a la obra, para bien o para mal. Sin duda para
bien. No me voy a poner venenosa ni a despotricar contra las redes ni contra el acceso a la
información porque está ahí, es una realidad y podemos hacer buen o mal uso, blábláblá.
Mira, no me imagino la investigación sin internet, ni la posibilidad de descubrir arte, artistas o
antiartistas sin esta magia. Se puede hacer, por supuesto, y seguro que quien lee Oxido Lento aún cree en descubrir nuevos mundos andando por la calle o por el monte. Yo lo creo y me
entrego a ello. Pero sin internet no habría descubierto cosas que me han cambiado la vida,
¿cuáles? Pues que es mejor descubrir nuevos mundos caminando por la calle o por el monte.
Bueno, y finalmente cerré la tienda de Etsy y ahora solamente vendo a través de Facebook o
Instagram pero también cuando hago exposiciones.

Nada más Diana, muchas gracias por tu atención con Óxido lento. ¿Algo más que te
gustara añadir?


Muchas gracias por esta entrevista y por querer saber qué me mueve. Con estas cosas me
conozco un poquito más. Y enhorabuena por este proyecto tan lento y oxidado.


Más información: https://www.instagram.com/dianacalabazacosmica


GALERÍA